POEMA A LA LUNA

 

El sol sus rayos dorados
esparce ya moribundo,
diciendo «Adiós» a este mundo
que pronto abandonará,
al contemplar apagados
sus vivísimos fulgores,
el astro de los amores
la noche iluminará.

Terminando su carrera
la antorcha de los espacios
tras sus huellas de topacios
deja ráfagas de luz;
Iluminando la esfera
con sus pálidos destellos,
sobre sus cambiantes bellos
se extendió negro capuz.
 
Cobra la noche su imperio
tendiendo su negro manto, 
y el corazón con espanto
contempló la oscuridad:
Sin descifrar el misterio
que con la sombra desciende,
pues la mente no comprende,
el caos de la Eternidad.