INCIENSOS Y PERFUMES PARA EL AMOR


Usados ya por los romanos, los pétalos de rosa han perfumado dormitorios y los aceites esenciales de los pétalos han ungido el cuerpo y el baño. Es adecuado, pues, que toda expresión de amor, todo intento de vigorizar el centro conocido como el chakra del corazón, incluya la esencia de la rosa, el símbolo universal del amor. Sólo hacen falta unas pocas gotas de aceite esencial de rosa para impregnar una espiral o una varilla de incienso con su aroma. Todavía se la considera la más preciada de las esencias florales, más aún que el jazmín o la violeta.
 
Mullida, mullida he hecho mi cama,
la he cubierto de tapices bordados de lana egipcia;
recién perfumada está mi enramada,
con mirra y áloes y canela.

Ven, perdámonos en el devaneo,
durante toda la noche,
Disfrutemos del abrazo largamente deseado ...

(Proverbios 7,1 6-1 8)

La esencia de rosas es muy cara, ya que se necesitan 60.000 rosas para sacar tan sólo 30 ml de aceite esencial. Las rosas himalayas, cachemiras y las preciadas inglesas se consideran las más dulces y delicadas. Hoy es en Bulgaria, Francia, Turquía y Marruecos donde se cultivan más rosas para aceite esencial.
 
Aunque las rosas son las favoritas internacionales de los amantes, el jazmín, el neroli (un cítrico), los lirios y el loto oriental se asocian a menudo con los placeres del dormitorio. Una alternativa es el incienso, cuyo místico olor se cree que despierta la energía sexual.

ÚN ÁNGEL, UN SUSPIRO, POEMA


¿Quién eres, ángel hermoso,
que en mi sueño te apareces,
y en blandas nubes te meces
mirándome con amor:
 
Tú que cruzas el espacio
para adornar mis cabellos,
dejando prendida en ellos
una aromática flor?

¿Quién eres ángel hermoso,
de ondulada cabellera;
es esta la vez primera
que en mi vida te encontré,
o serás tan solo un sueño
que recuerdas a mi mente
la imagen tierna, inocente
de un alma que idolatré?

ORACIÓN A JOSÉ GREGORIO DE LA RIVERA, PARA PODER COBRAR DEUDAS PENDIENTES


Omnipotente y misericordioso Dios,
Padre Nuestro Celestial
que día a día cuidas del bienestar de tus hijos
procurando que nada nos falte para nuestro sustento:
 
Vos que concedisteis en vuestra piedad
la santificación de José Gregorio de la Rivera,
predestinado por el mártir del centro de Gólgota
y  luego confirmado por el Vaticano
para que fuera el buen guardián
de las haciendas de tus devotos,
el custodio de su dinero,
de sus joyas y piedras de la buena suerte,
con el don de hacer que nos paguen
el dinero y los bienes que nos adeudan
te pido me concedas su valiosa intercesión
para solucionar el problema que me aflige.