LOS MAGOS Y LAS SOCIEDADES MÁGICAS


Sin duda Moisés es uno de los primeros nombres que vienen a la mente cuando hablamos de grandes magos. Jesús es también considerado un gran maestro de la magia cabalística en la mayoría de círculos ocultistas. 

El "Padre Nuestro" dado por Jesús a los apóstoles como la oración perfecta a Dios, es formado de acuerdo a enseñanzas cabalísticas, especialmente el árbol de la vida. De hecho, la cruz cabalística usada por muchos magos modernos en sus ceremonias rituales, es tomada de la versión judía de la oración, como fue diseñada originalmente por Jesús.

Muchas figuras legendarias han sido mencionadas como los primeros grandes practicantes del arte mágico. Está escrito que la famosa bruja de Endor, que aparece en el libro de Samuel, predijo la muerte del rey Saúl en la batalla de Gilboa. 

En la mitología griega, la irresistible Circe fue una bruja que tenía el poder de convertir a los hombres en cerdos, práctica a la que se dedicaba asiduamente. Circe era la hija de Hécate, el aspecto oscuro de la diosa Luna, y Helios, el dios Sol. El héroe Ulises pudo salvarse junto a sus hombres de pasar el resto de sus vidas como cerdos, gracias a la ayuda del dios Mercurio, quien le había dado una hierba mágica (moli) que lo protegió de los hechizos de Circe. Cuando Ulises llegó con sus hombres a la isla de Circe, cautivó a la bruja, que se enamoró de él y lo liberó de un terrible destino. 

La bruja Medea era una sobrina de Circe; su nombre significa "la astuta". Ella se enamoró de Jasón, el jefe de los Argonautas y usó sus encantos para ayudarlo a ganar el vellón de oro. 

El encantador Merlín es otro mago legendario cuya existencia representa una mezcla de mito y realidad. El historiador del siglo doce Geoffrey de Monmouth vio a Merlín o Merlinus como una figura compuesta que combinaba las personalidades de Myrddin, un bardo profético del siglo sexto, y Ambrosio un líder sajón. Merlín, que supuestamente había sido miembro de los druidas, era considerado el responsable del nacimiento y la llegada al trono del mítico rey Arturo. 


La leyenda de Merlín dice que el sabio vivió en una cueva de cristal y tenía poderes asombrosos que le permitían hablar con los dioses y demonios, y predecir el futuro con base en las estrellas. Se dice que transportó todos los dólmenes hacia Stonehenge a través del mar desde Irlanda. 

El nombre Apolonio de Tiana se relaciona con los más antiguos magos y filósofos. Nació en Cappadocia, una región que ahora es parte de Anatolia, alrededor del año 100 a. de C. Apolonio fue un maestro religioso nómada y un gran trabajador que viajó a la India y estudió junto a los brahmanes, considerados por los griegos como los perfectos filósofos pitagoreanos. El mismo Apolonio, un pitagoreano empedernido, se adhirió fuertemente a las enseñanzas de Pitágoras acerca de la sabiduría del vegetarianismo y se negó a usar ropa hecha con fibra animal o a presenciar sacrificios de animales. Llevó una vida de celibato, ascética y de gran simplicidad, y se cree que pudo realizar grandes hazañas mágicas. 

El poema "Lamia" de Keats, cuenta la historia de un hombre joven encantado por un demonio o lamia en forma de una hermosa mujer. Dicho hombre fue salvado del demonio por la intervención de Apolonio. Parece que los anticristianos, particularmente el emperador Diocleciano, insistían en comparar a Jesús con Apolonio para mostrar que este último era superior. Esta campaña nunca recibió gran publicidad y los paganos no le pusieron atención, pero el nombre Apolonio se ha mantenido a través de los siglos como el de un gran maestro y adepto en el campo de la magia. 

Otros nombres siguieron al de Apolonio en la antigua y larga tradición mágica; entre ellos tenemos a Alberto Magno, Roger Bacon, Raymond Lully, Van Helmont, Paracelso, Albert Poisson, Papus, Stanislas de Guaita, Huysmann, Agripa, el doctor John Dee, Jacob Boehme, Eliphas Lévi y, en el siglo veinte, Aleister Crowley. Cada uno de ellos está ligado a una fascinante historia y a poderes extraordinarios que nadie puede negar. Por ejemplo, el notorio doctor Dee, astrólogo oficial de la reina Isabel I de Inglaterra, escogió la fecha de la coronación de acuerdo a la posición más favorable de los planetas y las estrellas. Dee era bastante aficionado a la magia y la adivinación; como no tenía el don natural de adivinar, empleó la ayuda de personajes tales como el famoso Edward Kelley, con quien hizo esfuerzos para controlar espíritus y ángeles. La siguiente es parte de una conversación entre el doctor Dee, Kelley y un espíritu llamado Madimi, en 1583. Dee y Kelley estaban desesperadamente necesitados de dinero, y también trataban de averiguar el futuro de un noble polaco, el conde Albert Laski.  

Dee: Señora Madimi, eres bienvenida en Dios para siempre; ¿cuál es la causa de tu llegada ahora? 

Madimi: Sé que pueden verme a menudo, y yo los veo solamente por fe e imaginación. 

Madimi (señalando a Kelley): Esa vista es más perfecta que su... 

Dee: Con respecto al señor tesorero, el secretario y el señor Raleigh. Te pregunto, ¿qué confort mundano hay para buscar? Acerca de eso pongo mi confianza en Dios. 

Madimi: ... Se enfurecerán más, hombres malvados ofenderán, y fácilmente serán ofendidos.

Dee: Y siendo ofendidos los perseguirán cruelmente. Madimi:... O de otra manera no serían malvados. 

Dee: En lo que concierne a Alb. Laski, dijiste que su hermana le diría todo. 

Madimi: ... Ya te dije bastante. 

Dee: Hablaste de William Laski y Sir Richard Laski, su hermano, de que William se dirigía a Francia y luego a Dinamarca, y su matrimonio en Polonia. 

Madimi: ... Cuando estén juntos y de acuerdo, haré que todo funcione bien. 

Kelley: Madimi, ¿me concederás cien libras? 

Madimi: ... He barrido todo mi dinero fuera de las puertas. 

Dee: Tendremos el dinero que es necesario cuando Dios lo decida. 

Madimi: ... Dios es la unidad de todas las cosas. El amor es la unidad de cada congregación (hablo del amor verdadero y perfecto). El mundo fue hecho en nombre del Padre. Ustedes fueron redimidos en el amor del Padre y el Hijo. El espíritu de Dios es el amor de su iglesia. 

Dee había sido profundamente influenciado por los trabajos de filosofía de Cornelio Agripa, el último de los magos antiguos. Agripa nació en Colonia en 1486, y murió en 1535. Fue curador, alquimista, astrólogo, teólogo, demonólogo, abogado, doctor, historiador, orador, consejero en finanzas y agente secreto. Trabajó para el papa y el emperador; su principal obra fue De Occulta Philosophia (Filosofía Oculta), que publicó en tres volúmenes en el año 1531. Creía que el hombre era una copia en miniatura de Dios (microcosmos), y que el universo entero (macrocosmos) era Dios. 

Se cree que Goethe se basó en algunos de los más coloridos elementos de la vida de Agripa para escribir Fausto. Uno de los contemporáneos de Agripa fue el médico y filósofo Paracelso. Mientras la mayor parte de las teorías mágicas y trabajos prácticos de Agripa se basaban en ideas de otros escritores, Paracelso sobresalió por sus conceptos originales. 

El temperamental Philippus Theophrastus Bombast Von I-Iohenheim (1493-1541), más conocido como Paracelso, comenzó su trabajo como profesor de medicina de la universidad de Basel, quemando todo los escritos de Galeno y Avicenna, y proclamándose a sí mismo como el rey de la medicina. 

Paracelso creía que era posible crear un homúnculo o humano artificial por medio de la alquimia, pero también fue el primero en describir las propiedades del zinc y el uso de compuestos químicos para la práctica de la medicina. Tanto Agripa como Paracelso fueron iniciados en el mundo de la magia por un notable erudito llamado Johannes Trithemius (1462 - 1516), el abad del monasterio Sponheim en Alemania. Trithemius era un estudiante de literatura, historia y filosofía, que con el tiempo se interesó en la cábala y el gnosticismo alejandriano, que unidos, forman la base de la alta magia de Occidente. 

Trithemius se fascinó tanto con su trabajo mágico que pronto fue reconocido como un poderoso brujo a pesar de sus compromisos religiosos en el monasterio. Sus escritos sólo dan indicaciones de la naturaleza de sus investigaciones, pero muchos de ellos parecían relacionarse con talismanes cabalísticos y sellos mágicos. 

Se dice que desarrolló un sistema de magia telepática tan exacto, que podría entrar en contacto con personas desde grandes distancias en cuestión de minutos. En 1499, Trithemius desarrolló un método de escritura secreta que llamó esteganografía, como resultado de un sueño en el que supuestamente un espíritu le dijo que plasmara por escrito parte de sus secretos sobre ocultismo. 

La esteganografía fue el método que Trithemius usó para codificar sus enseñanzas mágicas de tal forma que escaparan de los ojos del profano. El sistema era tan complejo e ingenioso que fue usado por la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. 

Agripa y Paracelso no fueron los únicos magos brillantes entrenados por el genio Trithemius. El famoso doctor Johannes Faustus, cuyo pacto con Mefistófeles fue hecho famoso por Goethe, Wagner y Marlowe, fue otro discípulo del viejo abad. Faustus, más conocido como Fausto, tenía el poder de producir alucinaciones masivas. Se especializó en producir espíritus de héroes fallecidos para hacer profecías frente a grandes audiencias, pero después de la muerte de Trithemius, parece que Fausto perdió el control de sus poderes. Comenzó llamando los demonios que podían concederle el conocimiento que deseaba. 

Se dice que fue tanto su éxito que podía convertir el invierno en verano, proveer banquetes para cientos de invitados, y hacer que aparecieran y desaparecieran castillos con sólo mover su mano. Pero al finalizar su pacto con las fuerzas malignas, se oyeron salir de su habitación ruidos de una espantosa lucha; cuando la puerta fue derribada había desaparecido. Fue encontrado al día siguiente, acostado sobre un barranco cerca a su casa; estaban rotos todos los huesos de su cuerpo, como si hubiera caído de una gran altura, o hubiera sido destrozado por una fuerza poderosa. 

Se podrían escribir muchos libros sobre las vidas de hombres como Cagliostro, Giordano Bruno, la legendaria figura Christian Rosenkreutz (el fundador de los Rosacruces), y el conde de San Germain. Este último probablemente se inspiró en la novela rosacruciana Zanoni (1842) escrita por Edward George Bulwer-Lytton, y en El Conde de Monte Cristo de Alejandro Dumas. Estos hombres fueron grandes iniciados de algunas de las antiguas escuelas de misterios, y todos dejaron algo de su preciada sabiduría e ingenio para la ciencia y el arte de la magia. Gran parte de todo este conocimiento ha sido preservado en sociedades secretas como los Rosacruces, la orden del Amanecer de Oro, los Masones, etc. 

De las viejas escuelas hemos conocido algunos de los misterios atribuidos a los druidas, que adoraban los antiguos dioses en arboledas del bosque, principalmente alrededor de árboles de roble, y al parecer ofrecían sacrificios humanos a las divinidades de la naturaleza. La poderosa estructura de los druidas, que florecieron en la Galia y Gran Bretaña alrededor del siglo segundo a. de C., era cuidadosamente organizada, y ellos a su vez eran considerados excelentes médicos y magos. 

Los Caballeros Templarios formaban otra orden secreta que ganó mucha notoriedad y mala fama cuando fueron acusados de homosexualidad y herejía por Felipe IV de Francia. La orden había sido fundada primero por un borgoñés, Hugues de Payens, y un caballero francés, Godeffroi de San Homer, en el siglo doce, con el propósito de proteger el viaje de los peregrinos a la Tierra Santa. La vestimenta usada en la orden era un manto blanco con una cruz roja para los caballeros solteros, y un manto café con una cruz roja para los casados. La disciplina que habían establecido era muy estricta, y tenían su propio clero y sus ritos secretos. A mediados del siglo doce la orden había crecido inmensamente, convirtiéndose en una gran corporación comercial entre los diversos reinos cristianos del período. De esta forma la hermandad acumuló una gran fortuna, lo que hizo que Felipe IV lanzara su ataque sobre los templarios. 

El rey, en alianza con el papa Clemente V, acusó a los caballeros de hacer toda clase de rituales degradantes, libertinajes y obscenidades. Los caballeros fueron torturados como resultado de dichas acusaciones, y finalmente fue evidente que la orden, que se había iniciado como una fortaleza cristiana, se había convertido en la habitación de fuerzas malignas. Los caballeros confesaron que parte de sus rituales consistían en escupir y pisotear la cruz. Las palabras de rechazo a Dios y a Jesús eran Je Reney Deu o Je Reney Jhesu. 

Aunque había poca duda de que la mayoría de acusaciones contra la orden eran exageradas, también es casi seguro que existía algún elemento de verdad en ellas. Finalmente la sociedad se dispersó y gran parte de los caballeros fueron asesinados o deshonrados, realizándose así el objetivo de Felipe IV, quien confiscó todos los tesoros de la hermandad localizados en Francia para convertirse en un poderoso monarca. 

Los templarios desaparecieron, pero algunas de sus enseñanzas aún permanecen y son la base de varias escuelas de ocultismo. Los Rosacruces son en realidad una hermandad mística y secreta. De hecho, muchos eruditos del ocultismo creen que los Rosacruces nunca existieron, y que la fama de esta sociedad surgió de trabajos literarios tales como Zanoni de Bulwer-Lytton y St. Iroyne the Rosicrucian de Shelley. 

El antiguo tratado titulado The Chymical Nuptials of Christian Rosenkreutz, publicado en 1616, mostraba la historia de la vida del legendario fundador de la orden. Algunos letrados, principalmente Edward A. Waite, pensaban que habían evidencias concluyentes de que los Rosacruces existieron alguna vez, pero era virtualmente imposible conocer sus raíces. Como la mayoría de escuelas secretas, los Rosacruces buscaban la tranquilidad para realizar sus trabajos sin interrupciones. 

La hermandad de los Rosacruces que tiene sus oficinas centrales en California no es la mencionada en nuestra leyenda, sin embargo representa una orden mística con una ideología similar. 

La última de las órdenes secretas consideradas aquí es el famoso Amanecer de Oro, fundado en Londres por tres masones en 1877. Esta sociedad revivió prácticas mágicas en una época en que sólo se disponía de literatura teórica sobre la materia. Los inicios del Amanecer de Oro están llenos de contradicciones (como la mayoría de órdenes de este tipo); sus creencias básicas eran definitivamente egipcias y cabalísticas, y se especula que deben haber sido profundamente influenciadas por los Rosacruces. 

La orden hermético del Amanecer de Oro es de gran importancia para la magia moderna, y algunos de los miembros sobresalientes de la hermandad son personajes familiares para un mago practicante. Arthur Machen, Sax Rohmer, W. B. Yeats, Dion Fortune y Aleister Crowley fueron miembros importantes de este grupo esotérico. Sin embargo, Crowley, con su usual idea de libertad e individualismo, tuvo una vociferante disputa con el presidente de la sociedad, S. L. MacGregor-Mathers, y se retiró de la hermandad disgustado (después de haber aprendido todo lo que pudo), para fundar su propio orden, Astrum Argentum (La Estrella de Plata). Parece que todas las historias que circulaban en torno a él, en las cuales lo acusaban de las más increíbles atrocidades, realmente lo divertían mucho, y además se encargó de agrandar su leyenda con su ingenio y cinismo proverbial. 

Crowley estableció su propia iglesia en Cefalu, Italia, la cual bautizó la Abadía de Thelema. Pronto empezaron a circular rumores acerca de sacrificios de niños en la abadía; la desaparición coincidente de varios de ellos causó horror y repulsión en la población, y poco después el gobierno italiano le solicitó formalmente a Crowley que saliera del país. Las anécdotas que rodean la vida de este importante exponente del arte de la magia, han sido plasmadas en varios libros, pero donde mejor se ilustran es precisamente en su autobiografía titulada The Confessions of Aleister Crowley (Las Confesiones de Aleister Crowley).




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