LA MAGIA DE LOS TALISMANES


El arte y la ciencia de la magia talismánica se remonta tan atrás en la historia de la humanidad que sus orígenes virtualmente desaparecen en el alba de la prehistoria. Pequeñas figuritas de limero, marfil y metal que simbolizan las fuerzas de la naturaleza fueron comunes en la vida diaria en tiempos paleolíticos y neolíticos. 

Estos antepasados de la magia talismánica se convirtieron en un extraordinario arreglo de símbolos mágicos y religiosos diseñados para obtener la ayuda y protección de fuerzas naturales o espirituales. Actualmente esta práctica es evidente en los amuletos de buena suerte tales como patas de conejo, tréboles de cuatro hojas, herraduras, y todos los símbolos religiosos de las iglesias cristianas. Medallas que representan imágenes de santos, cruces, crucifijos y rosarios son productos originados de la magia talismánica primitiva. 

La mayoría de los antiguos talismanes estaban basados en los siete planetas conocidos en ese tiempo. Cada uno tenía ciertas características y otorgaba sus poderes o cualidades especiales a quien tuviera un talismán hecho bajo su influencia. La gran clavícula de Salomón muestra las siguientes instrucciones sobre las características de los planetas:

En los días y horas de Saturno puedes desarrollar experimentos... para causar éxito o fracaso en los negocios, posesiones, bienes, frutos y cosas similares; para adquirir aprendizaje, traer destrucción y muerte, y sembrar odio y discordia.


Los días y horas de Júpiter son adecuados para obtener honores y riquezas, afianzar amistades, conservar la salud y conseguir todo lo deseado. 

En los días y horas de Marte, puedes hacer experimentos relacionados con guerra; para obtener honores militares, adquirir valor, derrotar los enemigos; causar ruinas, matanzas, crueldad, discordia; herir y sembrar muerte. 

Los días y horas del Sol son muy buenos para perfeccionar experimentos relacionados con riquezas temporales, ganancia, fortuna, adivinación y el favor de los príncipes; para eliminar sentimientos hostiles y conseguir amigos. 

Los días y horas de Venus son buenos para crear amistades, para la bondad y el amor, las empresas agradables y los viajes. 

Los días y las horas de Mercurio son buenos para la elocuencia e inteligencia, la prontitud en los negocios, la ciencia y la adivinación, las apariciones, y las respuestas acerca del futuro. Con este planeta también puedes influenciar robo, escritos, engaños y mercancías. 

Los días y horas de la Luna son buenos para embajadas, viajes, enviados, mensajes, navegación, reconciliación, amor y adquisición de mercancía por vía marítima. 

Los cuadrados mágicos tradicionales o kameas, sellos y nombres jerárquicos que forman parte de la magia talismánica han llegado a nosotros a través de los trabajos del Abad Tritemio, Pedro de Abano y Cornelio Agripa. La mayoría fueron reimpresos en el famoso tratado The Magus, realizado por Francis Barrett, que es tal vez uno de los libros, escritos sobre magia, más hermosos poéticamente. 

Los cuadrados mágicos de los planetas son una parte importante de la magia talismánica. A cada planeta le pertenece el número del séfira al cual corresponde, además de todos los otros números, los cuales son la suma de varias filas y columnas del cuadrado. Por ejemplo, Júpiter es un símbolo planetario de la esfera de Chesed en el Árbol de la Vida, cuyo número es 4. Así, el cuadrado de Júpiter tiene cuatro divisiones verticales y horizontales que forman dieciséis unidades individuales, cada línea suma 34, para un gran total de 136. En otras palabras, todos los cuadrados dan como resultado el mismo número en cada fila o columna. 

Por ejemplo, observemos el cuadrado de Marte, que representa la quinta séfira del Árbol de la Vida, Geburah. Cada lado tiene 5 unidades para un total de 25 cuadrados, cada línea suma 65, vertical y horizontalmente. 

La cábala enseña que es posible sobreponer un sigilo o representación gráfica de un nombre, sobre los kameas o cuadrados. Esto puede hacerse averiguando los valores numéricos de un nombre de acuerdo al alfabeto hebreo y trazando luego una línea que conecte estos números sobre el kamea. Esta línea se conoce como sigilo.  

Después que se ha encontrado el sigilo de un nombre, puede ser usado sobre los cuadrados o para algún otro procedimiento mágico. Por ejemplo, es posible conocer el sigilo del nombre de alguien en cualquiera de los cuadrados planetarios y controlarlo en el esfuerzo humano particular regido por el planeta del cuadrado. 

Para conseguir dinero de una persona, podríamos conocer su sigilo sobre el cuadrado planetario de Júpiter o del sol; para el amor usaríamos el cuadrado de Venus. La mayoría de nombres de espíritus han sido descubiertos a través de sus números en los cuadrados, probando una vez más la gran importancia que tiene el campo numérico en la cábala. 

Cuando tratamos de encontrar el valor numérico de un nombre, y algunos de los números tienen uno o más ceros, el primer cero deber ser siempre eliminado. Así, si una letra de un nombre tiene un valor numérico de 30, este es reducido a 3; si su valor es 300, se simplifica a 30. Cada letra de un nombre debe transformarse a su equivalente numérico para encontrar su sigilo en el cuadrado apropiado. 


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