ANTIGUAS RECETAS CON PLANTAS PARA EL AMOR


La mandrágora, beleño, y sangre de dragón se les conceden propiedades sensuales.
 
La mandrágora se menciona en el antiguo Testamento como cura para la esterilidad, y la creencia es corroborada por la Doctrina de las Firmas, que ve en ella una semejanza con el cuerpo humano.
 
Los chinos usan por la misma razón y con el mismo propósito, raíz ginseng. Sir Edwin Arnold, al describir la planta dice:
 
"Renovará vigorizará los poderes decayentes del cuerpo más que otros estimulantes, tónicos estomacales y revitalizantes".
 
Los coreanos creen que la misma raíz (gin-seng) es una panacea de todas las enfermedades mortales, mentales o físicas; se empaca y transmite con el cuidado más escrupuloso, en paquetes pequeños envueltos en seda blanca, debiendo cubrirse la boca y la nariz del que los recibe, para poder desenvolver estos paquetes sagrados envueltos en seda bordada o piel de carpa carmesí. El lugar donde yace esta raíz maravillosa (de forma semejante al hombre) es en los rebuscos y pendientes de las montañas Kangee, y puede ser descubierta solamente por gente de vida sin mancha y puros de corazón; cuando se arranca de la tierra parece como si despidiera un grito sordo y musical. Debe cocinarse en un trasto especial de plata con doble forro, como una infusión o en vino de arroz. La planta pertenece al género de la Araliaceas. Una dosis apropiada es de sesenta a noventa granos de raíz seca; llena el corazón de hilaridad, y su uso ocasional agrega una década de años la vida del hombre en su lapso ordinario.



Circe usó la mandrágora en sus pociones de amor, y en Persiase recomienda la mandrágora para asegurar el amor del esposo, pero se dice que si se come con encurtido hace perder el juicio.
 
Otra receta Persa para obtener afecto de nuevo, se compone de clavos, canela y cardamomo. Esto se coloca en un jarro, y sobre esto se lee siete veces el capítulo "Yasin" del Koran de atrás para adelante. Luego se llena el jarro con agua de rosas, y se sumerge la camisa del marido con un pergamino donde se ha escrito su nombre y el de cuatro ángeles. Se calienta todo junto, y se dice que cuando hierve, el marido regresa.
 
En Persia se da a los recién casados patas de carnero impregnadas de vinagre, en su noche de bodas, lo que equivale a la costumbre europea de dar a los recién casados tortas mojadas en alcohol endulzado.
 
Entre los Indúes, el jazmín, el loto y la planta de asoka se usan para provocar a venus, y los sicilianos dicen que si se da subrepticiamente la planta que se llama "pizz a ugurdu", inspira los sentimientos más afectuosos en la persona más fría. Esto se identifica como el "Vorax" de los griegos y la "provinsa" de Alberto Magno que la describe como la más poderosa de todas las hierbas para promover el amor.
 
Una tradición más sentimental se asocia con el uso de la semilla de escarola y la albahaca, que se usan como amuletos de amor, la primera la usan las muchachas de Alemania y la segunda las de Italia. Si una muchacha italiana acepta una ramita de albahaca de su novio, se dice que inmediatamente se enamora de él.
 
Mizaldus atribuye a esta planta un efecto peculiar sobre las mujeres, y el Dr. Parkins, un "Médico Inglés", en 1814, después de decir que esta planta se usa en las enfermedades graves de la mujer, da la siguiente descripción que es muy interesante:
 
"Si se aplica en la picadura de un animal venenoso de avispa o avispones, absorbe inmediatamente el veneno. Las cosas semejantes se absorben. Mizaldus afirma que si se coloca en estiércol de caballo hace nacer animales venenosos. Esta hierba y la ruda nunca crecerán juntas, ni tampoco cerca una de otra; y sabemos que la ruda es una gran enemiga del veneno como no hay otra. Para terminar expele lo natal y posnatal, y así como ayuda la deficiencia de Venus en una clase, echa a perder sus acciones en otra. No me atrevo a escribir más".

 

En el condado de Buckingham las muchachas llevan cabezuela dentro de sus trajes, y declaran que si adivinan el nombre de su futuro marido, la hierba florece otra vez.
 
Si se toma una rama de la planta llamada sangre de dragón, se envuelve en un papel y se echa al fuego, la devuelve el amor a una doncella abandonada si repite mientras se quema:

"Que no disfrute de placer ni de fortuna hasta que vuelva de nuevo a mí".
 
Uno de los secretos de Wecker es un antídoto contra el amor:
 
"Si un hombre lleva el corazón de una codorniz macho, y la mujer lleva el de una codorniz hembra, es la causa de que ni reyertas ni riñas existan entre ellos. Y si se lleva el corazón de una tortuga envuelto en piel de lobo, el que lo lleve no caerá en la tentación de enamorarse".
 
Hay un vieja tradición americana que dice que si una muchacha va por primera vez a la festividad del primero de mayo, arranca y huele tres veces las primeras flores que ve, repitiendo: "Florcita rosa, florcita blanca quiero ver a mi amante esta noche", con toda seguridad el amante ausente aparecerá.


 

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