A MI MADRE, POEMA


Soñaba yo dulcemente
en noche de primavera,
volver a mi edad primera
con regocijo infantil:
Vagando sobre mi frente
mis cabellos ondulantes,
iban mis ojos errantes
tras mariposa sutil.

Besaba las blancas rosas
mientras su aroma aspiraba;
gozosa las contemplaba
sobre su tallo mecer,
ostentando pudorosas
entre la rama flexible,
al céfiro bonancible
las rosas de rosicler.

Va sentándome en la alfombra
del césped bello y suave,
escuchaba de algún ave
el melodioso trinar;
Ya buscando dulce sombra,
con las flores deliciosas
de las acacias frondosas
quise mis rizos trenzar.

Ya triscaba alborozada
por la florida pradera,
cual gacelilla ligera
huyendo del cazador:
Ora de correr cansada,
me reclinaba indolente,
al sentir sobre mi frente
el céfiro halagador.

POEMA A UNA ROSA


A UNA ROSA.

¡Yo te saludo, reina de las flores:
acarician tus hojas auras puras,
das al viento tus mágicos olores,
modelo virginal de la hermosura.
 
Descollando en el prado soberana
con tu corte de nardos y claveles,
la noche con brillantes te engalana
proclamándote reina en los vergeles.
 
El verde césped, cuál mullida alfombra,
nace a tus plantas por brindarte un lecho,
el arrayán te cubre con su sombra,
teniendo el cielo por tu solo techo.